Ezechia Marco Lombroso conocido con el pseudónimo Cesare Lombroso, fue un médico y criminólogo italiano, representante del positivismo criminológico.
En 1872 publica un libro que se llama Memoria sobre los Manicomios Criminales.
En este mismo año escribe un libro llamado El Genio y La Locura, en donde expone que en realidad todos los genios están locos , que el genio es un anormal , y expone como el Genio a La Locura y de la Locura al Genio , en realidad no hay mas que un paso.
Clasificación de los delincuentes, según Lombroso:
1. EL CRIMINAL NATO
2. DELINCUENTE LOCO MORAL
3. DELINCUENTE EPILÉPTICO
4. EL DELINCUENTE LOCO (PAZZO)
5. DELINCUENTES PASIONALES
6. DELINCUENTE OCASIONAL
ENRICO FERRI (1856–1929)
Ferri fue el autor de Sociología Criminal en 1884 y editor de Avanti, un diario socialista.
Obras literarias Sociología Criminal (1884).
Socialismo y Ciencia Positiva (1894).
La Escuela de Criminología Positiva (1901).
Sociología Criminal (1905).
Teorías criminales Ferri Considera que las razones por las cuales el hombre es delincuente son ajenas a su voluntad, el delito para Ferri no existe, existen enfermedades que bien ha heredado o las adquirió en el transcurso de su vida.
Se enfocó en el estudio de las características sicológicas, que creía eran las responsables del desarrollo de la criminalidad en el individuo. Estas características incluían el habla, la escritura, los símbolos secretos, el arte y la literatura, así como la insensibilidad moral y la falta de repugnancia a la idea y ejecución de la ofensa, previo a su comisión, y la ausencia de remordimiento después de cometerla.
Ferri resumió su teoría al definir la sicología criminal como una resistencia defectuosa de las tendencias criminales y las tentaciones, debido a una impulsividad desbalanceada que caracteriza solo a los niños y a los salvajes.
La criminalística general se constituye de las siguientes disciplinas:
Balística Forense.- Es la rama de la CRIMINALÍSTICA que se encarga del estudio de las armas de fuego, de los fenómenos en el movimiento del disparo, de los casquillos, percutidos, de los proyectiles disparos, de la trayectoria de estos últimos y delos efectos que producen. ((pie de pagina manual de métodos y técnicas empleadas en servicios periciales editorial Porrúa PGJDF
BALÍSTICA DE EFECTOS: estudia los daños producidos por el proyectil sobre el objeto apuntado u otro que el azar determine (Medicina Legal, Eduardo Vargas Alvarado, pag. 203)
División de la Balística Forense.Para facilitar su estudio, la Balística Forense se divide en tres partes:
Balística Interior.-Es el estudio de todos los fenómenos que ocurren en el interior del arma, a partir del momento en que la aguja percutora golpea el fulminante del cartucho, hasta que el proyectil sale por la boca de fuego del cañón. En ésta parte se incluye el estudio de la estructura, mecanismo y funcionamiento de dicha arma
Balística Exterior.-Estudia los fenómenos que ocurren al proyectil desde el momento en que sale del arma hasta que da en el blanco. Propiamente es el estudio de las trayectorias seguidas por un proyectil.
Balística de Efectos.-Estudia los daños producidos por el proyectil sobre el blanco u otro objeto que el azar determine. Es en esta parte donde se ocupa en mayor grado el auxilio de otras ciencias como la Medicina Forense.
Grafoscopía y Estudio de Documentos.- Aplica los conocimientos, métodos y técnicas, con objeto de estudiar la escritura y establecer la autenticidad o falsedad de todo tipo de documentos con escritura permitiendo la identificación de los falsarios.
Explosivos e Incendios.- Aplica los conocimientos, métodos y técnicas en la investigación de siniestro producidos por explosiones o incendios, a fin de localizar cráteres, focos y demás evidencias y determinar sus orígenes en el sitio, formas de producción y manifestaciones de destrucción.
Fotografía Forense.- Aplica los conocimientos, métodos y técnicas a fin de imprimir y revelar las graficas necesarias en auxilio de las investigaciones que aplican todas las disciplinas de la Criminalística. La fotografía señala detalles y particularidades del escenario y de sus evidencias y manifestaciones materiales; en igual forma, conforme se va examinando y describiendo el lugar se irán tomando las fotografías necesarias de todas las cosas, muebles, cadáveres, inmuebles, terrenos e indicios asociativos.
Hechos de tránsito terrestre.- Aplica los conocimientos, métodos y técnicas en a investigar los fenómenos, formas, orígenes y manifestaciones en atropellamientos, colisiones, entre dos a más vehículos, volcaduras, proyecciones sobre objetos fijos y caídas de personas producidas por vehículos automotores.
Sistemas de Identificación.- Su objeto es identificar in equivocadamente a personas vivas o muertas, putrefactas, descarnadas o quemadas, así como clasificar y archivar los documentos referentes a la identificación judicial de personas.
Técnicas de Laboratorio.- Aplica los conocimientos, métodos y técnicas de las ciencias naturales; química, física, biología, a fin de realizar los estudios y manejo propio del instrumental científico, para identificar y comprobar las evidencias materiales asociadas a hechos presuntamente delictuosos.
Apoyándose de igual manera de artes y oficios auxiliares: Artes.- Arquitectura, escultura, dibujo, orfebrería, pintura, joyería, etc.
I (0-1 año) CONFIANZA / DESCONFIANZA la confianza la da la madre, lo provee de todas sus necesidades básicas. Surge desconfianza cuando la figura proveedora no puede asistirlo en una situación de dolor. La base es la calidad de la relación materna. Guiar a través de los límites. Se resuelve externalizando el dolor e internalizando el placer. Piscopatología: esquizofrenia infantil, modelo masoquista.
II (2-3 años) AUTONOMIA / VERGÜENZA: Maduración muscular lleva a agarrar y soltar. Los padres deben protegerlo contra la anarquía frente a su incapacidad de retener y soltar con discreción. No deben avergonzarlos con demasía pues generará dudas. Etapa decisiva para proporcionar amor/ odio, cooperación/ terquedad, libertad de autoexrpresión/ supresión. Autocontrol sin pérdida de autoestima. Ley y orden.
III (3-6 años) INICIATIVA/ CULPA Desenvolvimiento vigoroso, exceso de energía, Iniciativa para todo lo que hace, el peligro es el sentimiento de culpa. Los padres deben poner límites enérgicos, Etapa de los complejos de edipo y de castración. Desarrollo de la responsabilidad moral (Superyo). Los padres ayudan al niño a autoregularse. Psicopatología: negación histérica, exceso de represión del deseo, enfermedad psicosomática.
IV (7-12 años) INDUSTRIA / INFERIORIDAD Latencia del deseo de ser progenitor. Sentido de la industria: adaptación a las herramientas culturales. Etapa escolar. Peligro: inadecuación o inferioridad o que el trabajo sea el único criterio de valor.
V (12-18 años) IDENTIDAD/ CONFUSIÓN DE ROL: pubertad, cambios corporales, madurez genital, revolución hormonal. Capacidad del yo para integrarse en una identidad. Peligro: confusión de rol. Se mimetizan con el resto, crisis de valores ideológicos, religiosos, morales. Dejarlos experimentar con guía y diálogo. Psicopatología: adicciones, ideologías extremas.
VI (20 años) INTIMIDAD/ AISLAMIENTO: Necesidad de compartir la identidad con otro (intimidad). Peligro: aislarse por temor a la pérdida.Verdadera genitalidad, orgástica, heterosexual, plena sensibilidad del pene y la vagina. Psicopatología: relaciones íntimas competitivas, relaciones sexuales sádicas, serios problemas de carácter.
VII (20 a 50 años) GENERATIVIDAD/ ESTANCAMIENTO: el hombre maduro necesita ser necesitado, guiar, generar. Peligro: estancarse. Psicopatología: regresión a una necesidad obsesiva de pseudointimidad, estancamiento y empobrecimiento personal: temprana invalidez física y psíquica.
VIII (50 y 80 años) INTEGRIDAD/ DESESPERACIÓN: Integridad del YO, aceptación del ciclo de la vida y de las etapas anteriores. Defiende la dignidad de su estilo de vida. Relación entre la integridad adulta y la confianza infantil: los niños sanos no temerán a la vida si sus mayores tienen la integridad suficiente como para no temer a la muerte. Psicopatología: desesperación por la no aceptación de la propia vida y la imposibilidad material de cambiarla. Miedo al a muerte.
IX (mayores 80 años) Revisión de cada una de las etapas anteriores, se reviven cada una de las 8 crisis anteriores: CONFIANZA / DESCONFIANZA. Los ancianos desconfian de sus propias capacidades, puede surgir desesperanza y depresión. AUTONOMIA/ VERGÜENZA O DUDA: Las dudas vuelven a los ancianos porque no confían en su autonomía, la voluntad se debilita. INICIATIVA/ CULPA. La iniciativa se pierde con los años, el entusiasmo es memorable. INDUSTRIA/ INFERIORIDAD. Los ancianos se sienten incompetentes y como niños pequeños. IDENTIDAD/ CONFUSIÓN DE ROLES. Confusión de identidad: se comparan con quienes fueron de jóvenes. INTIMIDAD/ AISLAMIENTO. Cuando no hay recuerdos que evocar, se aislan. Una buena solución es el arte. GENERATIVIDAD/ ESTANCAMIENTO. Se tiene menos energía, se sienten inútiles. Algunos lo viven como un alivio, otros como estar muertos en vida. INTEGRIDAD/ DESESPERANZA. La desesperanza pasa por la pérdida de capacidades y la desintegración. La sociedad no sabe integrar a los ancianos, los margina. Ayudan mucho las conversaciones con los nietos.
SIMON FREUD
Etapa Oral (0-2 años) Placer ligado a la alimentación: zona erógena la boca. Alimentación y placer de succión son la clave de la etapa. Primer impresión del mundo: satisfacer su necesidad de alimentos. Empezará a diferenciar el yo del resto a través del conocimiento de los objetos por la boca (ELLO).
Etapa Anal (2-3 años) La zona erógena es el ano por el placer de defecar y el valor simbólico de las heces como algo propio que se produce, se retiene y se libera. Comienza con el control de efínteres: el control gratifica a los padres. El aprendizaje de la limpieza somete al niño a las exigencias de los padres. Comienzan a caminar y el dominio motor les da autonomía. Hábitos de socialización. Sentimientos de vergüenza y repugnancia.
Etapa fálica (3-4 años) La zona erógena son los genitales: reconocen sólo el órgano masculino, la oposición de sexos equivale a la oposición fálico- castrado. Experimentan masturbación sin orgasmo. Declina el complejo de edipo: los niños se enamoran de sus madres y las niñas de sus padres, el otro progenitor es visto como rival. Su resolución marcará las relaciones del niño en el futuro. La resolución deseable es que el niño tome como modelo al padre y la niña a la madre, reprimiendo el deseo hacia el otro progenitor (YO y SUPERYO). Complejo de castración: en el niño por el miedo a perder su órgano como castigo por sus deseos sexuales. En la niña porque descubre la falta de pene y siente haber sido castrada.
Etapa de Latencia (5-12 años) Declina la sexualidad infantil, se intensifica la represión (amnesia). Predomina la ternura por sobre los deseos sexuales. Aparecen el pudor, el asco, aspiraciones morales y éticas. La energía se concentra en actividades sociales como la escuela, el deporte, la lectura. Por eso es la edad de la escolarización. El superyo domina al ello. Se desarrolla el pensamiento social, lógico y moral.
Etapa Genital (12 a 18 años) Zona erógena los genitales, se completa el desarrollo psicosexual. Rebelión frente a la autoridad, se forman grupos de pares, cambios físicos y hormonales.
DOLTO: es como un segundo nacimiento que se realiza progresivamente, constituye una mutación. Hay que quitar de a poco la protección familiar. Esto causa la impresión de morir. Hay inseguridad en el aire, existe el deseo de salir de eso y la falta de confianza en sí mismo.
Necesidad de sentir el interés del ambiente familiar hacia esta evolución increíble que pasa en ellos pero, cuando dicho interés se manifiesta puede retenerlos en la infancia o al contrario, empujarlos con demasiada rapidez a convertirlos en adultos. Fabricar un nuevo caparazón cuesta lagrimas y sudores. Se teme perder la protección de los padres. Se pregunta ¿ soy lindo? ¿ quien soy? siente desconocido con su cuerpo, está en plena mutación tanto en lo interior como en lo exterior.
La adolecencia es considerada como un estado, es en cierto modo institucionalizada como una experiencia filosófica, un paso obligado de la conciencia.
Consecuencias emocionales: creación de la imagen de sí mismo basada en los criterios del “ grupo” y sus modas, valores y moral.
ABERASTURY: es un fenómeno BIO- PSICO - SOCIAL, debe sobreponerse a TRES grandes pérdidas o duelos,
·Duelo por el cuerpo infantil (Bio),
·Duelo por el rol e identidad infantil (Psico)
·Duelo por los padres de la infancia ( social)
Señala diez items del Síndrome Normal de la Adolescencia.
Síndrome: Conjunto de Síntomas.
Normal: porque se tiene que dar, pasa a ser anormal cuando no aparece el síntoma; cuando el síntoma se instala en el tiempo sin modificación; los síntomas son excesivamente notorios y paralizan al sujeto.
1) Búsqueda de sí mismo, 2) Tendencia grupal, 3) Necesidad de intelectualizar y de fantasear, 4) Crisis religiosa, que puede ir desde el ateísmo más intransigente hasta el pensamiento primario, 5) Desubicación temporal, donde el pensamiento adquiere las características del pensamiento primario, 6) Evolución sexual manifiesta, que va desde el autoerotismo hasta la heterosexualidad genital adulta, 7) Actitud social reivindicadora con tendencia antisociales o sociales de diferente intensidad, 8) La acción constituye la forma de expresión conceptual más típica en este período de la vida, 9) Separación progresiva de los padres, 10) Constante fluctuaciones de humor y estados de ánimo.
Dilema: entrar en el mundo del adulto que es a la vez deseado y temido. Pérdida definitiva de la condición de niño. Desprendimiento elaborado a través de 3 duelos. Busca adquirir su propia identidad pero se observa fluctuación entre dependencia y independencia.
El adolescente debe formarse un sistema de valores “ un programa” al cual aferrarse, una meta. Esto lo logra huyendo transitoriamente del mundo exterior, buscando refugio en su fantasía, en su mundo interior.
Adultez.- El final del desarrollo está dado por la llamada vida sexual normal de los adultos, donde el placer está al servicio de la función reproductora.
J. PIAGET
I. Etapa sensioriomotora:
6 ESTADIOS
(0-1 mes)Estadio de los mecanismos reflejos concretos adaptaciones innatas;
(1-4 meses)Estadio de las reacciones circulares primarias, adaptaciones adquiridas, repetición;
(4-8 meses)Estadio de las relaciones circulares secundarias, coordinación de esquemas simples, trata de repetir conductas que se da cuenta causan efectos;
(8-12 meses)Estadio de la coordinación de los esquemas de conducta previos, primeras conductas inteligentes, crecientemente complejas;
(12-18 meses)Estadio de reacciones circulares terciarias: introduce variaciones y repeticiones observando resultados
(18-24 meses)Etapa de la representación mental: interiorización de la acción, aparición de los primeros símbolos, conservación del objeto incluso con desplazamientos invisibles, imitación diferida.
II. Etapa preoperacional.
2 ESTADIOS
(2-4 años) Estadio preconceptual: Pensamiento ligado a las acciones, apariencia perceptiva, rasgos no observables directamente, centracion-descentración, ven solo su punto de vista; no relaciona estado inicial con final de un proceso; irreversibilidad de pensamiento; pensamiento lógico.
Egocentrismo, pensamiento animista (los objetos inanimados están vivos), fenomenista (lazo causal entre fenómenos), finalista (todo tiene causa), artificialista (todas las cosas las hace el hombre o un ser superior).
(4-7 años) Estadio intuitivo: el pensamiento depende de los juicios derivados de la percepción, no es reversible.
III. Etapa de las operaciones concretas (7-12 años) Realidad inferida frente a las apariencias, pensamiento reversible, concreto (no puede prescindir de lo real), descentración del pensamiento (en dos aspectos distintos y coordinados entre si), puede clasificar, tener en cuenta transformaciones de los estados. En esta etapa: conservación del número, de sustancia, de peso, de volumen, longitud y coordinación espacial.
IV. Etapa de las operaciones formales (12-16 años) pensamiento hipotético deductivo, puede construir hipótesis sin someterlas a pruebas empíricas. Puede partir de lo general a lo particular, formular leyes, propiedades generales y ver significados comunes. Pensamiento abstracto, formal, flexible, discute, debate, reflexiona. Noción de proporción, de equilibrio, de probabilidad.
MELANIE KLEIN
Desde la perspectiva psicoanalítica de Melanie Klein, el desarrollo personal se concibe como enriquecimiento de la personalidad que se refiere a la superación de etapas tempranas de la niñez (que pueden volver a surgir en la vida adulta), la superación de los conflictos que estas etapas conllevan, como la ansiedad, culpa, envidia y logro de la gratitud, alcanzar el equilibrio con el mundo psíquico interno y el mundo externo, y desarrollar la capacidad de disfrutar de las cosas y llevar relaciones gratificantes de amor con los otros.
De estos estadios tempranos, dos son los que mayor importancia tienen en la vida según Klein. El primero es la posición esquizo-paranoide que se desarrolla durante los primeros 3 a 4 meses de vida. Según Klein los seres humanos poseemos dos instintos básicos, el de vida o amor y el de muerte u odio, debido a la lucha que se produce entre estos dos instintos y el sentimiento de ansiedad persecutoria que se produce en el niño, producto del miedo de que este impulso agresivo le cause daño, el niño lleva a cabo procesos de escisión, en que el odio y la ansiedad se proyectan hacia el primer objeto de relación que posee, que es el pecho de la madre, que pasaría a ser el pecho malo, y los sentimientos de amor se proyectan en el pecho gratificador bueno (Klein, M. 1988). Luego de esta proyección, el pecho bueno y el malo son introyectados en la psiquis del niño, por lo que el yo está muy poco integrado, pues posee contenidos separados. Esta proyección y posterior introyección colaboran a que la ansiedad persecutoria vaya disminuyendo, pues el niño se siente más seguro con un pecho bueno que lo ampare, pero a la vez tiene un pecho malo, que lo persigue y persiste el miedo a la aniquilación del yo. De esta intereacción entre los 4 - 6 meses se van integrando los impulsos, y la madre ya no es vista en forma escindida, sino que se incorpora como un objeto total, pasándose a la posición que Klein denomina depresiva, en la que debido a esta integración del objeto y el yo se experimenta culpa, pues el niño siente que el objeto amado ha sido dañado por sus propios impulsos agresivos; y por lo cual trata de reparar el objeto dañado. "El sentimiento de que el daño hecho al objeto amado tiene por causa los impulsos agresivos del sujeto, es para mí la esencia de la culpa. El impulso a anular o reparar este daño proviene de sentir que el sujeto mismo lo ha causado, o sea, de la culpa. Por consiguiente, la tendencia reparatoria puede ser considerada como consecuencia del sentimiento de culpa". (Klein, 1988. 45pp).
En relación con la posición depresiva, según Klein, se establece el complejo de Edipo alrededor de los 2 años. La angustia y la culpa incrementarían la necesidad de la externalizar (proyectar) figuras malas y de internalizar (introyectar) figuras buenas; de lograr los deseos, el amor, los sentimientos de culpa y tendencias reparatorias a ciertos objetos y el odio y la angustia a otros, de encontrar en el mundo exterior representantes de las figuras internas, hechos que ocurren en el complejo edípico. (Klein, 1971).
Luego del complejo de Edipo y la etapa de latencia, este interjuego de progresión, que está influido por la ansiedad, llega a dominar las tendencias genitales (Klein, 1988). A consecuencia de ello la capacidad para reparar aumenta y se alcanzan las sublimaciones genitales que en el caso de la mujer son la fertilidad, el poder de dar vida y por lo tanto recrear objeto perdidos y en el hombre el elemento de dar vida se haya vinculado con la fantasía de fertilizar a la madre dañada o destruida y así restaurarla.
Con esta tendencia aumentada en la reparación, la ansiedad y culpa disminuyen considerablemente, con lo que el niño puede desarrollar relaciones estables con sus padres y posteriormente con los otros, predominando el amor ante el odio.
A parte de la superación y desarrollo de estas etapas y de la superación de la ansiedad y la culpa por miedo de la reparación, de acuerdo con Klein es fundamental para lograr el desarrollo personal la superación de la envidia y el logro de la gratitud.
Según Klein el niño siente envidia del pecho, pues, aunque éste lo satisfaga, contiene todo lo que él desea y que le es negado, dejándose todo lo bueno para sí. Debido a esto el niño desea dañar el pecho materno y recobrar lo que es suyo. Si la envidia del pecho es muy fuerte el niño no podrá obtener gratificación, en cambio, si ésta es superada (lo que está dado en gran parte por factores constitucionales) el niño podrá obtener gratificación y experimentará gratitud, lo que es esencial para apreciar bondad en otros y en uno mismo y hace posible el sentimiento de unidad con otra persona, hecho esencial en toda amistad o relación amorosa feliz.
El desarrollo personal estaría estrechamente vinculado con la gratitud, pues ésta permite desarrollar la generosidad que según Klein es la base para el enriquecimiento personal "la riqueza interna deriva de hacer asimilado el objeto bueno, de modo que el individuo se hace capaz de compartir sus dones con otros. Así es posible introyectar un mundo externo más propicio y como consecuencia se crea una sensación de enriquecimiento". (Klein, 1988. 194 pp). Sin esta gratitud el sentimiento de envidia, o sea haber dañado el objeto amado, destruye la confianza del individuo y la sinceridad de las relaciones y su propia capacidad de amor y ser bondadoso.
La gratitud es fundamental para gozar no sólo de las relaciones con otros, sino que también de distintos intereses, disfrutar del trabajo, abriendo camino a múltiples fuentes de satisfacciones.
Se puede concluir entonces que para Klein, la base del desarrollo personal es el logro del amor, la superación de la ansiedad, la culpa y envidia y el poder experimentar la gratitud a través del desarrollo.
Aparentemente era un hombre inofensivo... pero su personalidad ocultaba un terrible psicópata que convirtió su granja en un matadero humano. Sus espeluznantes crímenes proporcionaron a Hitchcock las bases para su clásica película de terror Psicosis.
En la tarde del 8 de diciembre de 1954, un granjero de Plainfield, en Wisconsin, entró en "la taberna de los Hogan" a echar un trago en esa fría tarde de invierno cuando descubre con espanto un gran reguero de sangre que cubría las tablas de madera del suelo. La propietaria Mary Hogan, había desaparecido.
El sheriff observó que no había señales de lucha aparentes y que la caja registradora seguía llena, pero determinó que la mujer había sido asesinada y que su cuerpo había sido arrastrado hasta un coche que esperaba fuera. Los informes forenses tan sólo confirmaron las conclusiones a las que había llegado el sheriff y no arrojaron ninguna luz sobre el caso. La desaparición de Mary era un misterio.
Aproximadamente un mes después de este suceso, el propietario del aserradero de Wisconsin comentaba el caso con un hombre pequeño y tímido que vivía en una granja de madera a pocos kilómetros de allí. Su nombre era Ed Gein.
Gein vivía solo desde la muerte de su madre en 1945 y se ganaba la vida haciendo toda clase de trabajos a los vecinos de Plainfield. Fue su habilidad en este tipo de trabajos, por la que este hombre de complexión débil, mediana edad, pelo rubio y ojos azules empezó a ser conocido entre las gentes del lugar como una persona trabajadora, cumplidora, fiable pero excéntrica.
El propietario del aserradero no se llevaba muy bien con Gein. Encontraba extremadamente difícil hablar con él por que a veces éste comenzaba a reír con nerviosismo sin motivos como un desequilibrado, o por sus comentarios inoportunos que dejaban a la otra persona sin saber que decir.
En esta ocasión, el hombre recordó que Gein solía sentarse solo en un rincón de la taberna mirando fijamente a la dueña del local absorto en sus pensamientos con una jarra de cerveza, y supuso que estaba enamorado de la mujer. Le sugirió bromeando, que si le hubiese hablado a Mary con claridad de sus sentimientos, probablemente en ese momento estaría en su granja cocinando y esperando a que volviera en lugar de haber desaparecido presumiblemente asesinada. Gein, con un extraño gesto puso los ojos en blanco y le respondió con una de sus conocidas sonrisas: "No está desaparecida. Ahora mismo está en la granja". El hombre se encogió de hombros y no le tomó en serio, después de todo, era el tipo de comentario que se esperaba de él...
Nació el 27 de agosto de 1906, hijo de madre austera y fanática religiosa que despreciaba a su débil y borracho marido. Cuando ambos discutían, que solían hacerlo con frecuencia, el hombre se emborrachaba y pegaba a sus dos hijos.
Desde el primer momento, la vida de Ed estuvo completamente dominada por su madre, quien se había prometido a sí misma que su hijo no sería nunca como esos hombres lascivos, ateos y alcoholizados que veía a su alrededor. Seguía una disciplina muy dura castigando a sus hijos, e incapaz de darles el consuelo y el amor de una madre.
Gein no tubo contacto con otros niños, pues todo el mundo suponía ante los ojos de esa madre una amenaza para la pureza moral de su hijo. Así durante treinta y nueve años hasta que la mujer moría víctima de un ataque al corazón, dejando tras ella un hombre dependiente, reprimido y sólo, en un mundo que apenas comprendía.
La mañana del sábado 16 de noviembre de 1957, Ed Gein asesinaba a la dueña de la ferretería del pueblo, Bernice Worden, disparándole una bala con su viejo rifle de caza del calibre 22. También en esta ocasión se llevó el cadáver en la furgoneta, dejando el suelo del local encharcado de sangre. Pero esta vez, habría un testigo... el libro de contabilidad. En su última anotación, figuraba el nombre de Ed Gein, a quién habría vendido su último anticongelante.
Dos oficiales de la policía arrestaron a Gein, mientras otros dos se dirigían inmediatamente hacia su granja con la intención de llevar a cabo un registro. Al pasar dentro, el sheriff sintió como algo le rozaba el hombro, y al volverse se topó con un cuerpo decapitado de mujer con un profundo agujero en el estómago que colgaba del techo.
Después de recuperarse del shock por el horror que habían presenciado, y tras pedir ayuda por radio, los dos hombres volvieron a la casa.
El cadáver colgaba de un gancho por el tobillo y con un alambre le habían sujetado el otro pie a una polea. Habían rajado el cuerpo desde el pecho hasta la base del abdomen, y las tripas brillaban como si las hubiesen lavado y limpiado.
No había duda que el causante de ese terrorífico espectáculo era una persona enferma. Era difícil de creer que un ser humano pudiera vivir allí. Por todas partes se veían montañas de basura y desperdicios, cajas de cartón, latas vacías, herramientas oxidadas, excrementos, revistas pornográficas, de terror y de anatomía humana, chicles pegados en las tazas y una dentadura sobre el mantel de la mesa...
Más tarde, en cuanto llegaron más patrullas, se descubrió en el interior de la casa todo el horror que allí escondía. Había varios cráneos esparcidos por la cocina, unos intactos y otros partidos por la mitad y empleados como cuencos.
Una inspección más detenida reveló que una de las sillas de la cocina estaba hecha con piel humana, como las pantallas de las lámparas, las papeleras, las fundas de los cuchillos e incluso alguna prenda de vestir, como un chaleco o un cinturón formado con pezones humanos.
Entre los más atroces descubrimientos, se encontraron unas cajas con los restos humanos pertenecientes a diferentes cuerpos sin identificar, el corazón y la cabeza amputada de Bernice Worden en una bolsa de plástico, una colección de nueve máscaras de piel humana con el pelo intacto, de las cuales, cuatro colgaban en la pared que rodeaba la cama de Gein, etc.
Había decorado el interior de su casa de madera con esas máscaras confeccionadas con tiras de piel procedentes de auténticos rostros humanos y con los cráneos colgados de las columnas de su cama.
La única habitación de la casa que parecía normal era una sellada con tablones en la puerta y perfectamente ordenada... la de su madre. Desde que su madre muriera en 1945, doce años antes, la habitación había estado cerrada con clavos como un sepulcro. Ed explicó a la policía después de su detención que después de su fallecimiento, su madre se mantuvo en contacto con él durante más de un año, hablándole mientras se adormecía. Dijo que había sido en esa época cuando desarrolló su fascinación por la anatomía. Le fascinaban los reportajes sobre la operación de cambio de sexo y se planteó el convertirse él mismo en mujer.
Gein declaró que tan sólo recordaba, muy confusamente, haber matado a Bernice Worden, y que los demás restos humanos que se habían hallado en la granja pertenecían a nueve cadáveres que había sacado del cementerio. Explicó que en los últimos años sentía de vez en cuando la necesidad de profanar tumbas, y que en algunas ocasiones incluso conocía a las víctimas en vida y se enteraba de sus muertes leyendo los periódicos. Luego, en la noche del entierro, se dirigía al cementerio, sacaba el cadáver y rellenaba de nuevo la tumba (eso lo pudo comprobar la policía más tarde, cuando al exhumar las tumbas, algunas de las que Gein había dicho, se encontraban vacías).
Muchos de los objetos domésticos y muebles que se descubrieron a raíz del arresto de Gein, procedían de las profanaciones de tumbas. Unas veces arrastraba cadáveres enteros hasta su casa, otras cortaba las partes más interesantes y se las llevaba como recuerdo.
El 30 de marzo de 1958 la casa de Gein fue arrestada, después de correrse el rumor de que estaba destinada a convertirse en una atracción para turistas como la Casa de los Horrores. De todas formas, su camioneta Ford sobrevivió y se vendió en una subasta pública para ser utilizada en ferias locales con un letrero que anunciaba: ¡El coche de Ed Gein! ¡Vea el coche que transportó a los muertos de las tumbas!
Los médicos del hospital Central del Estado deciden que el asesino no está capacitado para ir a un juicio y es internado hasta los años 68, cuando después de un juicio que duraría una semana, se le declara culpable de dos asesinatos, pero al aducirse su locura, es de nuevo internado.
El caso de Ed Gein es, desde un punto de vista médico, uno de los más complejos de la criminología. Voyerismo, fetichismo, travestismo y puede que necrofilia, integraban su personalidad.
Sin embargo, a medida que se iba conociendo su verdadera historia se hizo evidente que esas perversiones eran meras manifestaciones de una psicosis profunda, un trastorno mental que tenía sus raíces en la relación anormal que tenía con la madre.
Cuando los psiquiatras comenzaron a considerar las posibles razones de su comportamiento patológico, supusieron que se trataba de un caso de "Complejo de Edipo", que Gein estaba enamorado de su madre y que a raíz de su muerte se obsesionó en buscar a alguien que la sustituyera, pues se encontraron extraordinario parecido entre sus víctimas y su madre. De niño, buscaba el amor de su madre de manera obsesiva, que le era negado una y otra vez, fue así como en su mente se desarrolló una nueva personalidad, un Ed que odiaba a la mujer.
Gein murió por insuficiencia respiratoria el 26 de julio de 1984, tras décadas de reclusión en una unidad psiquiátrica, donde resultó ser un paciente modelo. En la actualidad, sus restos descansan en el cementerio de Plainfield, al lado de los de su madre...
José María Manuel Pablo de la Cruz Jarabo Pérez Morris, Un asesino sin escrúpulos
Uno de los crímenes más atroces de la historia española fue, sin duda, el cometido por José María Jarabo. Este individuo acabó con la vida de cuatro personas, una de las cuales era una mujer embarazada. Precisamente, los crímenes de Jarabo fueron los que hicieron que la tirada del periódico El Caso se acercara al medio millón de ejemplares en 1958. Era la primera vez, desde antes de la Guerra Civil, que un medio de comunicación nacional alcanzaba dicha cifra.
Los sonados crímenes de Jarabo salieron a la luz pública el 22 de julio de 1958. El día anterior habían sido descubiertos los cuerpos sin vida de cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, muertos por obra de José María Manuel Pablo de la Cruz Jarabo Pérez Morris, de 33 años.
El sábado 19 de julio de 1958 España se recupera de la resaca de patria producida por la coincidencia de los actos de conmemoración del "Glorioso Alzamiento Nacional" y la "Fiesta de Exaltación del Trabajo". Las calles están vacías. El calor es asfixiante.
Un joven bien plantado e impecablemente vestido aprovecha la tranquilidad de la mañana para ojear el ABC en una cafetería de Madrid. Las páginas de deportes hablan de un Bahamontes que acaba de ganar el premio de la montaña en el Tour de Francia.
Se detiene en esta información para enterarse de que Jacques Goddel, director de la carrera, piensa que "si el corredor de Toledo tuviera tanto cerebro como músculo ya hubiera ganado varias veces la vuelta francesa". También presta atención a las páginas taurinas, que resaltan la presentación en la capital de Curro Romero. Y a las necrológicas, donde destacan las honras fúnebres del ex ministro Cavestany.
El silencioso lector, que se echa al coleto una copa de coñac y pide otra, no es consciente de que está a punto de provocar la saturación de esas mismas páginas cargadas de necrológicas que ahora contempla. Aún no sabe que dentro de muy poco se convertirá en el personaje encargado de enfangar de sangre la posguerra. Ignora que la mano que cierra con un movimiento seco el periódico es la misma que, unas horas después, empuñará la pistola y el cuchillo con que se cometerá uno de los crímenes múltiples más brutales de la historia negra española. No puede imaginar que ese cuádruple asesinato que está a punto de cometer será resuelto por la policía en una de las más rápidas investigaciones jamás realizadas, y que una vuelta de garrote pondrá fin a la amarga recta final de su existencia.
Un tipo viril
El tempranero bebedor se llama José María Manuel Pablo de la Cruz Jarabo Pérez Morris. Nació en Madrid hace 35 años y lleva los últimos ocho entregado al alcohol, las drogas y las mujeres. Sus amigos dicen que sabe vivir y divertirse como nadie. Que es un tipo viril capaz de cautivar a señoras y señoritas, poco le importa la condición de las mismas, basándose en su simpatía y en su carácter cosmopolita (fue educado en buenos colegios de Estados Unidos). Aseguran que es un seductor dotado de una gran planta, una enorme labia y un descomunal miembro. Sus enemigos dicen que sólo es un crápula, un despilfarrador, un vago y un enfermo sexual.
Seguramente todos tienen razón. Jarabo es eso y mucho más. Es un señorito en tiempos de crisis, un dandy que disfruta de un tren de vida muy por encima de sus posibilidades. No tiene trabajo, pero se acostumbra a vivir como un rey con el dinero que su madre le envía puntualmente desde Puerto Rico. Poco a poco van aumentando sus ya cuantiosos gastos, y con los giros mensuales de mamá apenas logra sobrevivir quince días: José María se ve obligado a hipotecar el chalé familiar de la calle madrileña de Arturo Soria y se marcha a vivir a una pensión, a un cuartucho con una cama en la que desplomarse cada mañana después de una noche de parranda. Posteriormente Jarabo reconoció que en las juergas de los últimos dos años bien podía haber dilapidado quince millones de pesetas, una cifra muy elevada si tenemos en cuenta que un flamante Seat 600 costaba en 1958 la friolera de 66.000 pesetas.
Cuando Jarabo salió del bar sintió que el peso de los bolsillos de sus pantalones estaba mal repartido. La cartera, vacía, no ofrecía ninguna consistencia. El forro del lado contrario estaba a punto de ceder ante un objeto que parecía de plomo: una pistola Browning FN del calibre 7,65 de fabricación belga. En ese instante recuerda que tiene muchos problemas.
La sortija
Su romance con una mujer inglesa casada llamada Beryl Martin Jones había complicado la vida de ambos. Ella había colocado su matrimonio en el disparadero. El había gastado una fortuna en hoteles, cenas y regalos. Asfixiado por la falta de dinero, Jarabo le había pedido a ella un anillo de brillantes que inmediatamente había empeñado para cubrir alguna noche de pasión y lujo. Ahora ella, la única mujer a quien había querido, le reclamaba la joya, alegando que se trataba de un regalo de su marido.
Desde Inglaterra le envió una carta recordándole por enésima vez que debía devolverle la sortija. En esta ocasión adjuntaba una autorización suya como propietaria, que resultaba imprescindible para desempeñarla, y una comprometedora misiva de amor con diversas confesiones íntimas. Para colmo de males, los familiares de Jarabo amenazaban con regresar de Puerto Rico y levantar la tapa de la alcantarilla en que estaba sumergido.
Jarabo se había acercado con la carta en la mano a la tienda de empeños Jusfer, en la calle Alcalde Sainz de Baranda número 19. Como no tenía las cuatro mil pesetas necesarias para recuperar la joya, que en realidad valía mucho más, enseñó la carta y cometió el fallo de dejarla junto a la deseada sortija. Hoy, 19 de julio del 58, se había propuesto recuperar ambas cosas.
Un golpe certero
Son algo más de las nueve de la noche cuando se encamina con paso firme hacia el número 57 de la calle Lope de Rueda. No es la dirección de la tienda donde tiene empeñadas la sortija y la carta. Es la vivienda de uno de los dueños de ese negocio, un tal Emilio Fernández Díez. Jarabo, que cree que la sortija y la carta pueden estar en casa de éste, pulsa el timbre del cuarto exterior con la uña del dedo pulgar "para no dejar huellas de ninguna clase".
Paulina, la criada, abre la puerta a Jarabo sólo cuando este dice que es amigo del dueño de la casa. En el primer descuido la agarra por el cuello y la golpea con una plancha que encuentra en una mesa cercana. Forcejean. Jarabo agarra un cuchillo de la cocina y de un certero golpe en el pecho le parte en dos el corazón. La sangre irrumpe por primera vez en su vida, pero no parece impresionarle demasiado: arrastra el cuerpo inerte a una habitación junto a la cocina y se dispone a esperar a Emilio Fernández Díez, "el verdadero culpable" de sus males.
Pasan unos minutos de la diez cuando el dueño de la casa abre la puerta y llama de una voz a la criada. Nadie le contesta. Una necesidad urgente le hace encaminarse hacia el cuarto de baño. Pasa por delante del escondite de Jarabo que, tal y como tiene previsto, salta sobre su espalda como un leopardo, le inmoviliza sujetándole por la chaqueta y le pone el cañón de la pistola en la nuca. Al dueño de la casa no le da tiempo a saber quién le está apuntando. Suena un disparo y el cuerpo del usurero cae al suelo como un fardo, quedando tendido entre la bañera y el bidé.
Aún no se había recuperado de sus dos primeros crímenes cuando escucha que la puerta se abre de nuevo. No ha tenido tiempo de buscar ni la sortija ni la carta. Y ya ha matado a dos personas. Está muy nervioso. Amparo Alonso, la mujer de Emilio Fernández, acaba de entrar y se dirige al salón, donde un Jarabo que no logra aparentar tranquilidad responde a su cara de sorpresa con un "Buenas noches, soy inspector de Hacienda y estoy investigando a su marido". "Él y la criada están detenidos", continúa, "y mis compañeros se los han llevado a comisaría".
La mujer desconfía, trata de huir y chilla con fuerza. Ésa es su sentencia de muerte. El grito se clava en la espina dorsal de Jarabo, que la golpea y arrastra hasta una habitación. Sólo cuando la doblega hasta tumbarla sobre una cama saca la pistola, la encañona en la nuca y aprieta el gatillo. Amparo estaba embarazada. "La suerte estaba echada", confesó tiempo después Jarabo a la Policía.
Cuando logra relajarse se sienta en un sillón y bebe anís de una botella que encuentra en una mesa. Para confundir a la policía saca varias copas de un armario y mancha algunas con carmín. Tira por el retrete los casquillos. Limpia las posibles huellas. Bebe más anís. Sólo cuando considera que el trabajo está totalmente acabado se tumba en la cama de la única habitación que no está cubierta de sangre. Finalmente se relaja y pasa una noche entre los muertos, durmiendo un sueño incomprensiblemente plácido y profundo.
Errores
A las nueve de la mañana Jarabo abandona el improvisado panteón sin haber encontrado ni la sortija ni la carta. Para solucionar ese problema se encamina a una nueva cita, en este caso con Félix López Robledo, copropietario de la casa de empeños Jusfer. Pero antes desayuna, se toma unos coñacs, ve un par de películas en el cine Carretas, come en un restaurante chino y se echa una siesta en una pensión de la calle Escosura. Rendido por el esfuerzo de matar se toma el domingo libre y alarga el reparador sueño hasta las seis de la mañana. Dos horas después ya está en marcha. Ha desayunado su copa de brandy y comprobado que la Browning del 7,65 está cargada y en su bolsillo. Todo está en orden. Es la mañana del lunes 21 de julio.
Félix López Robledo siente cómo alguien que le estaba esperando en el portal de su tienda le sujeta por la espalda con una torpe llave de lucha. Es lo último que siente. Jarabo dispara dos tiros en la nuca del prestamista. Después registra sus bolsillos y el local y sale a la calle con las manos vacías y ensangrentadas. Se siente acabado. Ha matado a cuatro personas para nada. Más coñac y algunas drogas: cocaína, morfina... Y demasiados errores.
Sospecha
Aturdido por la matanza, Jarabo deja el traje, empapado en sangre, en una tintorería situada en el número 49 de la calle Orense. Luego se va de copas. Gasta dinero como si el mundo se fuera a terminar esa misma noche y despierta las sospechas de toda la gente que le conoce.
A las doce del mediodía del día siguiente, martes 22 de julio, Jarabo se acerca a la tintorería donde dejó el traje para recogerlo. Cuando llega le está esperando un dispositivo de vigilancia policial especial: el país entero está conmocionado por la noticia y el dueño de la tintorería avisó inmediatamente a la policía nada más ver la ropa. Jarabo se resiste en principio a ser detenido. Lleva un DNI falso, una pulsera y un reloj omega de oro, juegos de llaves de las casas donde cometió los asesinatos y una pistola FN del 7,65 caliente que aún huele a pólvora.
Ya en el despacho del jefe de la Brigada de Investigación Criminal de la Dirección General de Seguridad el sospechoso, muy entero en todo momento, niega los hechos y asegura que hace semanas que no ve a las víctimas. El inspector jefe Sebastián Fernández Rivas y los policías Ramón Monedero Navalón y Pedro Herranz Rosado se encargan de interrogarle. Después de un par de preguntas de trámite le enseñan unas fotos de los cadáveres, y el sospechoso se tambalea y cae desmayado al suelo. Se derrumba. Y confiesa que ha matado por amor, por recuperar una joya y una carta de "la única mujer a la que he logrado querer". Ingresa por segunda vez en prisión: cuentan que ocupó durante algún tiempo la celda de una cárcel de Estados Unidos acusado de dirigir una casa de citas en Puerto Rico.
España entera se estremece con la orgía de sangre. Y con los detalles que rodean al criminal y a las víctimas. Los periódicos publican coleccionables con la historia del crimen, y le dedican portadas y titulares gloriosos. Los psiquiatras dicen que es "un psicópata desalmado". La gente se apelotonaba en las largas colas que se formaban en la calle para poder asistir al histórico juicio de "el último carnicero español".
Un año después, el 5 julio de 1959, todos los periódicos publicaban una lacónica noticia en portada: "En las primeras horas de la mañana de ayer, en el patio principal de la Prisión Provincial de Madrid, ha sido ejecutada, con las formalidades exigidas por la ley en estos casos, la sentencia de pena de muerte dictada contra José María Manuel Pablo de la Cruz Jarabo Pérez Morris".
Condenado a cuatro penas de muerte, Jarabo murió con las vértebras del cuello descoyuntadas por la quinta vuelta de tuerca del último garrote vil que se utilizó en España. Está enterrado en el madrileño cementerio de la Almudena.
Luis Alfredo Garavito nació en Génova, Quindío, el 25 de enero de 1957. Es el mayor de siete hermanos y durante su infancia vivió la falta de afecto y el maltrato físico por parte de su padre. Según su testimonio fue víctima de abuso sexual.
A sus 44 años, fue declarado por los investigadores y jueces como un asesino en serie. Hace años cuando fue capturado confesó ser el autor de la muerte de 140 niños en distintas regiones del país, pero a la fecha la Fiscalía lo investiga por el homicidio de 172 niños en su paso por 59 municipios del país.
En repetidas ocasiones, Garavito Cubillos se hacía pasar por vendedor ambulante, monje, indigente, discapacitado y representante de fundaciones ficticias en favor de niños y ancianos era conocido también como “Alfredo Salazar”, “El Loco”, “Tribilín”, “Conflicto” y “El Cura”.
Las víctimas de Garavito eran niños entre los 6 y los 16 años, de bajo estrato económico. Los abordaba en los parques infantiles, canchas deportivas, terminales de buses, plazas de mercado y barrios pobres. Según lo establecido les ofrecía dinero y los invitaba a caminar hasta cuando los menores se cansaban y eran atacados en sitios despoblados.
De acuerdo con la investigación, en esos lugares los cuerpos sin vida de los menores fueron encontrados degollados, mutilados y con señales de haber sido amarrados. En las residencias de su compañera y de una amiga en Pereira se encontraron objetos similares a los hallados en los sitios de los crímenes y publicaciones periodísticas en las cuales se reseñaba el estado de las investigaciones por desapariciones y homicidios de niños en el país.
El 24 de junio de 1998 los cuerpos de tres niños de 9, 12 y 13 años fueron hallados sin vida en la finca La Merced, en Génova (Quindío), con evidentes signos de tortura y desmembración de algunas de sus extremidades. Los menores fueron vistos por última vez cinco días antes en el parque central del municipio en compañía de un adulto, quien al parecer les ofreció dos mil pesos a cada uno para que le ayudaran a buscar una res en fincas cercanas a Génova.
En un comienzo se orientó la investigación hacia la prostitución infantil, el satanismo, el tráfico de órganos y pedofilia. Con base en un cruce de información entre el CTI de Tunja, Armenia y Pereira se logró establecer que los casos de desaparición de menores en esas ciudades guardaban similitud, ante lo que se conformó un álbum con 25 fotografías de posibles sospechosos.
Mediante el cruce de información entre los diferentes equipos investigativos, se estableció que una de las fotografías del álbum con el nombre de Bonifacio Morera Lizcano correspondía a Luis Alfredo Garavito Cubillos, persona sobre quien pesaba una orden de captura de la Fiscalía 17 Especializada de Tunja por el homicidio de un niño de 12 años de edad.
El 22 de abril de 1999, miembros del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía capturaron en Villavicencio a Luis Alfredo Garavito Cubillos, en momentos que intentaba agredir sexualmente a un menor. Su plena identificación se logró mediante cotejo dactiloscópico.
Gracias a las pruebas recogidas por la Fiscalía y a su propia confesión, Garavito Cubillos resultó ser el responsable no sólo de la muerte del menor de Tunja sino también del homicidio de los tres niños de Génova y de otros 172 crímenes cometidos contra menores en 11 departamentos del país, entre 1992 y 1998.
De los 172 casos judicializados, 138 tienen fallo condenatorio, 32 están en instrucción, uno en apelación y uno está para sentencia. Las condenas suman 1.853 años y nueve días, no obstante, en la ley colombiana existe una figura conocida como unificación de penas, que dice que cuando un reo está condenado por múltiples procesos estos no son acumulables, se juntan y se le condena por el delito más grave, que en este caso significa una condena de 52 años. Pero como Garavito confesó y además colaboró con la justicia, tiene derecho a beneficios y rebajas que pueden ser hasta de una tercera parte de la condena. Y como es un preso “modelo” tiene derecho a un día de rebaja por cada tres días de trabajo o estudio.